jueves, 8 de abril de 2010

Aquella gran aventura






En el mas de Noviembre de 2009 fue cuando dio inicio la ultima gran aventura en la que me he visto.


Fue un viaje que planifique con mucho cariño durante meses, al que además se le unió la circunstancia de que era el momento exacto en el que mi vida debía dar un giro. Iba a cambiar la empresa privada, por la publica. Previo paso por el inem. En esas condiciones, mi compañera de viaje y de vida y yo , cogimos un tren a Madrid (5h), esperamos otras tantas callejeando, me encanta callejear, me encanta perderme, como a todo viajero. Luego de eso cogimos el avión mas incomodo de la historia de la aviación y tras trece horas de vuelo, sin dormir , hediondos y con la claustrofobia por las nubes llegamos a Santiago de Chile.


Allí daba comienzo el viaje realmente, 24 horas depues de salir de casa. Empezó con el aluvión de taxistas que esperaban a la salida del aeropuerto, continuo con el carterista del metro (ojala se lo gaste en vino); y llegamos a la casa de la hospitalidad suprema. Lili, Gerardo y los niños nos acogieron mejor que nunca. Gracias amigos.


Al día siguiente, tras patear todo el día Santiago, callejear, mas callejear, La Moneda, Los Héroes, la empanada en el mercado central...Cogimos un bus de 12 horas, nocturno hacia Puerto Varas, la puerta de la Patagónica. Pueblecito maravilloso a orillas de un lago y rodeado de volcanes, visitamos Frutillar,previo paso por una muy autóctona guagua muy recomendado por el amigo Pablo que no me decepciono, aire extrañamente alemán tan lejos de Alemania.


Después de esto intentamos la manera de llegar por carretera a Punta Arenas, y ahí descubrí que la Patagonia no es Finlandia. No hubo manera.


Por eso nos brindamos la oportunidad de cruzar los Andes, visitar Bariloche y por ende Argentina. Me encanto la ciudad, el ambiente, el lago Nahual Huapi con sus olas gélidas; la excursión al cerro Tronador y el guia Tato. Pero la carretera hacia el sur seguía cerrada.


Volvimos a Cruzar los Andes para en Puerto Montt, lugar de Nacimiento de Víctor Jara,y donde nos hospedo una señora de 60 años en su casa, coger (ejem, tomar...) otro avión, esta vez si, y sin problemas hacia Punta Arenas, donde nos esperaban los amigos Pablo y Daniela, con la vaca prometida, que devore sin contemplaciones.


De ahí en adelante sin duda lo mas espectacular. El albergue casa Lili de Puerto Natales hospitalidad sin limite y primer contacto con los obreros chilenos, buena gente. La excursión en barco por el seno Buena Esperanza, con los glaciares Serrano y Balmaceda, con el amigo anarquista holandés que me eche (Frases para la historia incluidas; "Somos demasiado ricos para quejarnos"), con el cordero patagónico, con pisco en hielo glaciar, glaciar el frío que pase en chandal (con un par)...


Al día siguiente Pablo y Dani, nos recogieron en un flamante 4x4 con el que cumplí el sueño de conducir por pistas de tierra en América. Y finalmente Torres del Paine, el sitio mas espectacular que nunca soné. Glaciares, lagos turquesa, cataratas gigantes, rocas partidas por el frío, lluvia , nieve, sol y una caminata de 18 kilómetros inolvidable.


A partir de ahí el viaje se ralentizo un poco, un par de días en Punta Arenas como en casa gracias a los amigos, y un par de días en Santiago como en casa otra vez.


Después de eso, ya sabéis, metro, avión(es) , tren, coche, taxi...Tres días de viaje y 17.000 km para llegar a casa , cansados pero felices y sobre todo agradecidos al precioso país que nos acogió con tanto cariño y a las cálidas, amables, cultas, generosas, sonrientes y cercanas gentes que lo pueblan. Cachai?.

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