jueves, 30 de junio de 2011

Ineptocracia

Ejemplo de enriquecimiento lingüistico,Tambien conocido como: No tirarse de cabeza

Como sabéis hace algo así como año y medio tuve la ocasión de a hacer un buen viaje por un Chile y Argentina. De ese viaje guardo muchos buenos recuerdos, y muchas más sensaciones.

Una de esas sensaciones es que me volví "pal norte" creyendo que aquella gente es hermana; que compartimos muchas cosas. Una de ellas es la lengua, pero me traje el sentimiento de que su español es más bonito, más variado, más creativo y más vivo que el nuestro. Aquí tenemos cierto complejo a la hora de hablar, nos cuidamos de no parecer demasiado cultos, demasiado técnicos, demasiado…En definitiva qué empobrecemos nuestro maravilloso idioma.

Allá no se da el caso: El licenciado habla como tal y el peón casi que también habla como un ministro, sin pegas, así lo enseñan las madres. Siempre te hablan de usted, siempre y sin ningún tipo de subyugación te tratan con deferencia. Me encanta esa parte de la cultura que es pequeña, que es entre personas, que no se puede escribir y que es el trato humano. Me gusta mucho hablar con latinoamericanos porque le dan un ritmo y una variedad su forma de expresarse que es simplemente enriquecedora.

Todo esto viene a cuanto por una palabra que me ronda la cabeza varios días: INEPTOCRACIA. Así llamaban en Argentina a la forma de gobierno en tiempos del corralito. Me entusiasma la palabra, casa a la perfección con la sensación que tenemos en la calle de nuestros dirigentes. Es una palabra que vendría a definir un sistema de gobierno que está dominado por ineptos y que fomenta la ineptitud.

En este país los jóvenes tienen pocas opciones a parte de currar para un tirano cualquiera sin formación ni educación. Ellas deberán dejarse mirar las piernas, ellos deberán agachar el orgullo para pasar el día a día. Aquí donde sobran gentes bien formadas a un módico precio por el estado, tanto que terminan produciendo para Alemania u otros. En este erial donde el sueño es ser funcionario, donde la empresa privada no valora, no premia, ni incentiva su capital humano. Aquí donde si propones te dicen que para molinos ya estaba Don Quijote. En este terruño donde la innovación es impensable y lo más eficiente es un buen enchufe. Por ese trifásico pasan las redes de favores tejidas en torno al poder desde abajo, desde siempre.

En definitiva, un pueblo de valientes y orgullosos ciudadanos sojuzgado; explotado; ignorado; quemado; manipulado y expoliado por una pandilla de idiotas y advenedizos.

Creo, pues, que encaja la palabra creada por los hermanos de Argentina para definir un concepto que desde luego a nosotros también nos resulta familiar: INEPTOCRACIA.


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