martes, 5 de julio de 2011

Sueño de una noche tórrida

Mi país se convierte en un horno por estas fechas. Un horno alimentado por el aire caliente que cuando viene del sur me invita a volar. Leo un artículo de uno de mis favoritos y me cuenta que a sus años y en noches como la pasada uno quiere aprender a vivir con las vidas que no fueron.

No me pasa solo a mí, definitivamente no estoy mal de la azotea, el viento saharaui trae efluvios de jazmín y también de opresión. Mientras lucho con el momento histórico no consigo conformarme, no consigo aprender de lo no fue. Dice Ramón: “Abro la boca y solo sale aire; son las manos las que hablan, las que teclean”. Aspiro el napalm que me destruye con la sensación de que otra vez equivoque la ocasión. Solo con capa y espada, con honor y sin más hay que bregar, llevar al morlaco a los medios y con sutileza hacerlo humillar hasta que soy yo el que manda. Ese es el momento.

Como en apocalypsis now, aspiro fuerte el veneno, abro la boca y en vez de salir solo entra aire, calentorro y sudoroso. Aires de revolución y de plaza de “la Condomina” a las cinco de la tarde, arena, albero.

En noches sudadas e inocuas se forjan las musas, en mi caso el sueño.

Muy quieto, firme y digno, miro a los ojos a la bestia. Gotea la tensión por mi frente, noto como se me crispan los nervios, trago el aire que hierve, visualizo la resolución del reto.

Me doy la vuelta, salgo corriendo y maricón el ultimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Noches de un segundo

 No dejes de soñar porque en sueños es libre el hombre. W. Whitman. Hay noches que duran un segundo y verdades tan efímeras que parece que n...