miércoles, 24 de octubre de 2012

Un rincón para el silencio



Mar Menor por Rubén Ros
Mar Menor en Otoño 

Hay días como recovecos. Avanzas sin tener muy claro hacia donde vas, tienes en mente que quizás sea mejor así. Sin sorpresas no habría razón para vivir. Se trataría de mera existencia insulsa y robótica.

Por eso en el camino a veces uno gira inesperadamente o se para a observar el momento, ese es el aliento humano para seguir caminando que nunca; nunca, se sabe.

Ayer tuve uno de esos días a mitad de camino, me pare, me senté a orillas de mi mar y note como todo se volvía hermosos y brillante. Me reconcilie con el silencio y con la idea de que la ruta no la marcan los políticos de primera ni de segunda, que no hay itinerario marcado y que la libertad está en uno mismo.

El pálpito del mañana me llamo a gritos y en ese pequeño rincón de este pequeño mundo hice unas cuantas fotografias y sonreí como si fuera la primera vez, o la ultima.

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