viernes, 25 de enero de 2013

Una historia cartagenera

Calle del Carmen 1909
Calle del  Carmen mucho antes de lo del Chipé

Cuando era un universitario mas, en la licenciatura de Historia tuve varios profesores cartageneros pero el que mas me gustaba era Pedro María Egea Bruno. Me gustaba porque a veces contaba historias pequeñas de gentes pequeñas y lejos de reyes y/o políticos, de grandes guerras y grandes letras. También entre esas historias lograba infiltrar "trocicos" de su Cartagena. Que lejos estaba yo  de saber lo bien que iba a llegar a conocer la ciudad del otro lado del Puerto de la Cadena.

La historia que hoy he recordado gracias a un grupo de FB que  es la del "Chipe" , esa historia ya la escuche en su momento en el aula 3.3 de la facultad de letras de Murcia, con los ojos como platos: Un gitanillo de un barrio humilde que se ve envuelto en un lio de los gordos en un momento histórico muy concreto...

Hace ya mas de seis años que vivo a caballo entre el Mar Menor , Murcia y Cartagena, pero esta historia me ha traído recuerdos lejanos , de días ya casi olvidados donde aun se fumaba en los pasillos de la facultad

Dejo un pequeño extracto y un enlace a la a la wiki donde lo explica bien  (un poco lírica para mi gusto). Un pedacico de historia pequeña y rastrera, humana y sin ningún tipo de gloria. Como es la historia de verdad que retrata a hombres y mujeres de verdad.


...Cuando los guardias, conduciendo al Chipé, intentaron subirlo al automóvil que tenían preparado en la calle de Saura, se vieron rodeados por cientos de energúmenos que, agarrando al gitano, se lo arrebataron a la fuerza pública y lo derribaron, dándole golpes, garrotazos y patadas hasta producirle la muerte. Entonces, no contentos con tal castigo, le ataron una cuerda al cuello y tirando todos de ella lo arrastraron por la calle de San Fernando hasta la Plaza de España y de allí, por la calle del Carmen, Puertas de Murcia y calle Mayor hasta el Muelle.

Eran las mujeres las que más gritaban y se ensañaban con el cadáver y así lo llevaron por delante del Ayuntamiento hasta arrojarlo al mar siempre colgado de la cuerda, con la que luego lo izaron, arrastrándolo de nuevo hasta la gasolinera de las Puertas de San José, rociándolo con gasolina y prendiéndole fuego. Bailaron alrededor...




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Noches de un segundo

 No dejes de soñar porque en sueños es libre el hombre. W. Whitman. Hay noches que duran un segundo y verdades tan efímeras que parece que n...